Al amanecer, ejército e infantes de marina de los Estados Unidos, transportados en avión y apoyados por helicópteros de combate, invaden la isla caribeña de Granada y se apoderan de los dos aeropuertos del país tomando prisioneros a cubanos y soviéticos, por órdenes directas del Presidente Ronald Reagan, después de que durante un sangriento golpe de estado llevado a cabo por asesores militares cubanos, se ejecutara al Primer Ministro Maurice Bishop, y al menos a 13 de sus colaboradores. Este acto sorprende y conmueve al mundo. Horas más tarde llegarán a la isla 300 soldados de otros seis países del Caribe para apoyar la operación. La invasión de la ex colonia inglesa indigna a la Primera Ministra británica, Margaret Thatcher, que la noche anterior habló personalmente con el Presidente Reagan para tratar de disuadirlo de la acción militar. El Pentágono, asimismo, expresó un "sentimiento de indignación" ya que el Reino Unido se ha negado a cooperar en la invasión a pesar del apoyo que le brindó EE.UU. el año pasado durante la Guerra de las Malvinas.
(Hace 41 años)