La isla caribeña de Santa Lucía se convierte en país independiente. En una solemne ceremonia celebrada en la Plaza de la Independencia, cientos de banderas con los colores nacionales (azul, blanco, negro y amarillo), saludan con gran emoción el instante en que la enseña del nuevo Estado es izada, ante la atenta mirada de la princesa Alejandra de Kent, que representa en este acto a la reina Isabel II de Inglaterra. Santa Lucía es por su extensión, la tercera isla del grupo de las Pequeñas Antillas y ocupa una superficie aproximada de 5.000 kilómetros cuadrados, con poco más de 110.000 habitantes, la mayoría de ellos de raza negra y origen africano. Al noreste del país se encuentra Castries, su capital situada a orillas del mar Caribe. El origen de la isla es volcánico y cuenta con una frondosa selva tropical. La independencia conquistada hoy por este pequeño territorio, se inició en 1959 cuando logró la autonomía administrativa. Poco a poco se fueron ampliando sus competencias hasta que en 1967 pasó a convertirse en Estado asociado de Gran Bretaña, quedando todos los asuntos internos bajo responsabilidad del Gobierno local, elegido en elecciones democráticas. Sólo la defensa y las relaciones exteriores permanecían bajo el control británico.
(Hace 49 años)