En Londres (Inglaterra), tras haber sido capturado el 3 de agosto en Robroyston, es condenado a muerte por traición en un juicio celebrado en el Westminster Hall del Parlamente británico, el noble escocés Sir William Wallace, que ha dirigido a su país contra la ocupación inglesa y contra la monarquía del Rey Eduardo I de Inglaterra en las Guerras por la Independencia de Escocia. Por eso, en el día de hoy es arrastrado por las calles de Londres mientras el gentío lo apedrea y golpea, para ser conducido al patíbulo, instalado en el mercado de carnes de Smithfield, en el centro de Londres, donde es colgado el tiempo justo para que no pierda la conciencia. Seguidamente y a la vista de todos, tras sacarle las entrañas en vivo, es decapitado y descuartizado en cuatro trozos. Su cabeza es expuesta ensartada en una lanza en el London Bridge, y sus miembros mostrados por separado en Newcastle, Berwick, Stirling y Perth, como señal de advertencia a la rebelión escocesa. (Hace 719 años)