La Inquisición inicia el proceso de herejía contra el astrónomo Galileo Galilei, que concluirá con la condena a prisión perpetua, pese a la renuncia de Galileo a defenderse y a su retractación formal. La pena será suavizada en cierta medida, al permitírsele que la cumpla en su casa de recreo cercana a la villa de Arcetri, en las proximidades del convento donde, en 1616 y con el nombre de sor Maria Celeste, había ingresado su hija más querida, Virginia, que fallecerá al año siguiente creyéndose hereje, al dudar de la inmovilidad de la Tierra. (Hace 391 años)
En Roma, el astrónomo, físico y matemático Galileo Galilei se arrodilla ante el Tribunal de la Inquisición y abjura de sus teorías astronómicas. No es extraño pues hace 33 años que el filósofo Giordano Bruno, en un caso parecido, fue condenado y murió en la hoguera por no abjurar. La leyenda mantiene que, después de abjurar, dijo para sí mismo: "E pur si muove... (Sin embargo se mueve...)" en clara referencia a la Tierra. (Hace 391 años)